MINIATURAS DEL BÉISBOL
Héctor J. Cruz - 3/12/2009
Hablando y escuchando a mucha gente, son decenas las versiones del por qué fue eliminado tan temprano, y en forma vergonzosa, el equipo dominicano al clásico mundial de beisbol. Los motivos son variados: el pobre bateo, los errores claves de la defensa de Hanley Ramírez en el primer juego, y de Carlos Mármol y Wily Aybar en el último, estuvo ausente el bateo con gente en posición anotadora, y tampoco se vieron los jonrones, para un club con algunos hombres de mucha calibre. Otros factores citados indican que los jugadores se dieron a la parranda, que Felipe Alou dirigió muy mal pues estuvo muy tímido, que los peloteros no pusieron corazón, y que incluso algunos de ellos estuvieron de visita en el país, de parranda, el lúnes que fue día libre. ¿Qué más? Cualquier cosa que usted quiera añadir, para un club que en cuanto a experiencia y talento tenia una ventaja de 10-1 sobre los muchachos holandeses-arubeños.
Cara apuesta
Como dijo alguien en Puerto Rico al colega Pedro Briceño, esto se parece mucho a que la selección dominicana de futbol venciera a la dura selección de Brasil, la número uno, en un juego de la copa mundial. ¿Tanto así? Yo lo creo fielmente.
Esas dos derrotas de RD ante Holanda constituyen un descaro. Yo lo dije el pasado viernes en el programa Hoy Mismo de Color Visión: ese equipo fue pobremente formado, el comité gestor hizo un pobre trabajo, y por eso se quedaron fuera tantos peloteros de importancia. Ahí están los resultados. Si los peloteros y ejecutivos del equipo quieren entenderlo mejor, había una alta y cara apuesta a su exitosa participación en el clásico mundial. Es más, el propio Felipe lo dijo varias veces: “si no vamos a la final será como no haber logrado nada”...Y esa apuesta no era de dinero, era sentimental, de un pueblo que en los últimos 20 años se ha incorporado absolutamente al seguimiento del beisbol y sus estrellas, y que adora y vive este gran pasatiempo nacional. La apuesta era patriótica y la participación del equipo ha sido un fraude. Ni más ni menos.